jueves, 1 de diciembre de 2011

¿Cómo puedo controlar mi genio?

Niño con Mal Genio (Molesto, Bravo)

Mitos y realidades

¿Te cuesta mucho controlarte cuando te enojas? Si tienes ese problema, hay cosas que pueden ayudarte. Pero, antes que nada, conviene derrumbar algunos mitos.

Mito: “No puedo controlarme. En mi familia, todos tienen un temperamento muy fuerte”.
Realidad: Quizá seas alguien “dispuesto a la furia” por la influencia de tu familia, tu entorno u otros factores (Proverbios 29:22). Pero en tu mano está controlar esa furia. Así que plantéate lo siguiente: ¿qué prefieres: controlar tus emociones, o dejar que ellas te controlen a ti? Hay jóvenes que han aprendido a dominarse, y tú también puedes hacerlo (Colosenses 3:8-10).
Texto bíblico clave: “Que se quiten toda amargura maliciosa y cólera e ira y gritería y habla injuriosa, junto con toda maldad” (Efesios 4:31).

Mito: “Es mejor desahogarse que reprimirse”.
Realidad: Ambas formas de reaccionar pudieran afectar tu salud. Sin duda, hay momentos en que conviene dar salida a las preocupaciones (Job 10:1). Pero eso no significa que debas andar por ahí como un cartucho de dinamita a punto de estallar. Tú puedes aprender a expresar emociones muy intensas sin necesidad de explotar.
Texto bíblico clave: “El esclavo del Señor no tiene necesidad de pelear, sino de ser amable para con todos, [...] manteniéndose reprimido bajo lo malo” (2 Timoteo 2:24).

LO QUE OPINAN OTROS JÓVENES

Alexis
“Desahogarme escribiendo en mi diario o hablando con mi madre me ayuda a mantener la calma.”(Alexis, de Estados Unidos)

Elizabeth
“Cuando estoy muy agobiada, salir a dar una caminata rápida me ayuda a liberar el estrés y a despejarme.” (Elizabeth, de Irlanda)

Graeme
“Me aíslo mentalmente de la situación y me pregunto qué pasaría si me pusiera a gritar. Siempre acabo dándome cuenta de que no serviría de nada.”(Graeme, de Australia)

Mito: “Si soy amable con todos, la gente me pisoteará”.
Realidad: La gente sabe que hace falta ser realmente fuerte para dominarse, así que te respetarán más si lo haces.
Texto bíblico clave: “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres” (Romanos 12:18).

Recomendaciones para dominar tu genio

Si eres temperamental por naturaleza, hasta ahora quizás hayas culpado a otros de tus rabietas. Por ejemplo, ¿has dicho alguna vez que alguien te provocó o te hizo perder los estribos? En ese caso, tus propias palabras indican que son otros quienes manejan el control remoto de tus emociones, y no tú mismo. ¿Cómo puedes recuperarlo? A continuación se dan algunas recomendaciones.

Asume tu responsabilidad. En primer lugar debes reconocer que tus enojos dependen única y exclusivamente de ti. Así que no acuses a los demás. En vez de decir que alguien te provocó o te hizo perder los estribos, reconoce que  te dejaste provocar o que  perdiste los estribos. Una vez que asumas la responsabilidad de tus actos, te será más fácil controlarte (Gálatas 6:5).

Prevé el problema. La Biblia dice: “El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias” (Proverbios 22:3Nueva Versión Internacional). De manera que la clave radica en prever el problema. Pregúntate: “¿Cuándo es más probable que estalle?”. Por ejemplo, una joven llamada Megan admite: “Trabajo de noche, y cuando termino mi turno, estoy cansadísima. En esos momentos, casi cualquier cosa puede sacarme de mis casillas”.

Prepárate para reaccionar mejor. Cuando te sientas provocado, respira hondo, baja la voz y habla despacio. En vez de lanzar una acusación del tipo: “¡Me robaste el suéter!”, intenta explicar cómo te afectó la situación. Podrías decir algo así: “Cuando quiero ponerme un suéter y descubro que te lo has llevado sin permiso, me da mucha rabia”.

Piensa en las consecuencias. Hay varios principios bíblicos que te ayudarán. Veamos algunos.
Olla con agua hirviendo
Tú eres quien decide si vas a hervir de ira o no
Proverbios 12:18: “Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada”. Las palabras pueden herir, y si pierdes los estribos, seguramente dirás algo que después lamentarás.
Proverbios 29:11: “Todo su espíritu es lo que el estúpido deja salir, pero el que es sabio lo mantiene calmado hasta lo último”. A la larga, los arranques de ira solo consiguen que parezcas un tonto.
Proverbios 14:30: “Un corazón calmado es la vida del organismo”. El mal genio perjudica la salud. Una joven de nombre Anita cuenta: “En mi familia hay muchos con presión alta. Y como tengo tendencia a estresarme, me lo pienso dos veces antes de perder el control”.
¿Qué aprendemos de esto? Que conviene pensar en las consecuencias de lo que uno dice o hace. Heather, de 18 años, confiesa: “Suelo preguntarme: ‘¿Qué pensará esta persona de mí si pierdo los estribos? ¿Cómo afectará eso nuestra relación? ¿Cómo me sentiría si alguien me hiciera lo mismo a mí?’”. Por tanto, hazte estas preguntas u otras parecidas antes de responder en persona, por teléfono, por correo o mediante un mensaje por el celular o la computadora.


Pide ayuda. “El hierro se afila con hierro, y el ser humano aprende de sus semejantes” (Proverbios 27:17,La Palabra de Dios para Todos). ¿Por qué no preguntas a uno de tus padres o a un amigo maduro cómo logra mantenerse tranquilo?

Comprueba tus progresos. Escribe cómo te está yendo. Cada vez que pierdas el control, anota: 1) lo que ocurrió, 2) cómo reaccionaste, y 3) qué respuesta hubiera sido mejor. Con el tiempo descubrirás que has aprendido a reaccionar de la mejor manera.

Extraída de ¡Despertad!  de septiembre de 2009

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